¡Hola Mundo!
Hoy mientras iba manejando hacia el trabajo me di el tiempo de observar a mi alrededor todo lo que ocurría durante el trayecto, de ahí surgió la palabra empatía, así que voy a desarrollar un poco para que entiendan cuál es mi punto en todo esto.
¿Qué es la Empatía?
La empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo. La palabra empatía es de origen griego “empátheia” que significa “emocionado”.
La empatía hace que las personas se ayuden entre sí. Está estrechamente relacionada con el altruismo - el amor y preocupación por los demás - y la capacidad de ayudar.
Mis pensamientos comenzaron cuando en mi pequeña ciudad las calles están debidamente señalizadas con nomenclatura y por obvias razones sabes cuál calle lleva preferencia y en cuál tienes que hacer alto, pero en una ocasión una prima me dijo esta frase que llevo bien grabada: "Aquí es un pueblo sin ley", no porque yo sea la mejor persona, la más correcta y la más perfecta, creo que no hay mayor y única perfección que la de Dios, así que mientras somos simples mortales me centré en esta parte, puesto que al ir yo por una calle que lleva preferencia llegó a una esquina y por precaución hice alto cuando no me correspondía pero iba a dar vuelta hacia la izquierda y de repente me sale una señora en una camioneta que ni voltea a ningún lado y mucho menos marca su alto, simplemente se pasó sin miedo al éxito, no hay semáforos pero eso me lleva al punto de la falta de conciencia y empatía, ¿No piensa que puede ocasionar un accidente a ella misma y a un tercero?, y no son malas culturas viales exclusivas de mi ciudad, la mayoría de las veces nos subimos a un auto solo porque sabemos manejarlo, pero no se trata solo de eso, llevas una gran responsabilidad contigo mismo, con los tripulantes cuando llevas compañía y con los conductores externos, peatones y hasta animalitos que andan en las calles, son también seres humanos que requieren respeto y precaución por parte nuestra. Pues así comenzó mi día, a la esquina siguiente tuve que hacer alto porque el autobús estaba esperando pasaje que iba corriendo para alcanzarlo, como yo no llevo prisa y soy super paciente, esperé tranquilamente, pero para mi suerte detrás de mí estaba ya otro auto esperando a pasar, de repente volteo y hay una señora cruzando la calle que se me queda viendo y le dije amablemente que pasara sin problema, pues aún no llegaba la señora al otro extremo y el autobús ya se había ido cuando el auto de atrás ya me estaba tocando el claxon para que me moviera, porque en efecto él si llevaba prisa, pero poco le importó que yo estuviera esperando a la señora que llegara a la banqueta. Ese tipo de cosas me causan impotencia y coraje a la vez, porque en mi conciencia y rara forma de ser me siento bien con esas acciones que nada me cuestan y hay un mundo de personas allá afuera que solo les importan ellos mismos y nada más. ¡Qué triste!, pero si yo puedo ayudar en algo haciéndolo lo voy a seguir haciendo, porque ¿Cómo queremos cambiar al mundo si no empezamos por poner un granito de ayuda nosotros mismos?, sé que no voy a lograr cambiar el mundo solo con escribirlo, pero sí con mis acciones y es ahí donde comienza mi aportación.
Como esta experiencia puedo enumerar un sin fin de conductores que me topo por la carretera y en las ciudades por las que transito para llegar a mi trabajo. Además, hay otras actitudes que como personas tenemos a veces como: meterte en una fila sin respetar que hay personas esperando que llegaron primero que tú, querer ganar un lugar en un estacionamiento, llegar primero que otro, presumir cosas materiales con los demás, tratar mal las cosas en un lugar que no es tu casa, creer que somos más que otra persona que no tiene los mismos estudios o posibilidades que yo, tratar mal a personas en establecimientos que están realizando su trabajo, aunque a veces está el lado contrario, las personas que en dependencias o lugares como bancos, tiendas y centros comerciales nos tratan mal como clientes, sin actitud de servicio ni cordialidad, hay de todo lo que nos podemos topar en este mundo y todo eso me lleva al mismo punto de que nos hace falta empatía, para vivir y para tratar a los demás; si bien somos el reflejo de lo que vimos y nos inculcaron en casa, con el tiempo y la edad somos capaces de comprender y entender qué es lo que está bien y lo que no tanto de todo eso que aprendimos; quizás por herencia de familia, creencias o no sé, pero tenemos el libre albedrio de decidir si es correcto o no, si esto no afecta a terceras personas está bien, pero cuando ya tiene efecto de manera negativa ya no es bueno, y es hora de entrar en conciencia de que probablemente debamos cambiar. Pedimos mucho a nuestro gobierno, a nuestros jefes en los trabajos, a nuestros padres, familia y amigos queremos que nos den más y que cambien ellos porque pensamos que estamos en lo correcto, pero ¿Por qué no pensar en cambiar nosotros desde dentro primero?, tal vez yo estoy mal en algo y me es más fácil creer que son los demás y no yo. Soy una persona que se cataloga como rara en varios aspectos, porque pienso muchas veces diferente a los demás, me acerco y me alejo a personas por intuición, a veces me paso de positiva, pero he vivido muchas cosas que me han puesto a prueba y que me han colocado en la balanza para elegir si odiar y culpar a todo el mundo por lo que me pasa o de aceptar, aprender y afrontar las situaciones con resiliencia e inteligencia y ha sido una constante pelea con mi yo interior que lo que terminan viendo los demás es mi sonrisa loca y mi positivismo extremo, pero porque interiormente ya lo trabajé y no saben cuánto me costó resolverlo.
Mi resumen sería, tratemos de trabajar en nuestro yo interno, resolver y sanar nuestras propias heridas, lo que nos hacen los demás no es su problema, sino nuestro, somos nosotros mismos quienes permitimos que nos afecte o no, porque la herida es nuestra, es la que no nos permite ser mejores personas con nuestros semejantes, que tengamos esa empatía necesaria para vivir, sobrevivir y dejar vivir en este mundo. La empatía nos lleva de la mano a la paciencia, tolerancia y la sana convivencia con el entorno. Se van a reír tal vez de mis palabras pero estoy tratando de cambiar primero yo para poder ayudar a mi mundo mediato a cambiar también, me encanta verlos ser felices, plenos, disfrutar y compartir sus éxitos y sus sueños. Empecemos por ahí.
¡Hasta la próxima!
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